Digital Insure adopta la Carta regional de los valores de la República y del laicismo

EVENTOS

Digital Insure se compromete a preservar y defender los valores consignados en los textos fundacionales de la República

Francia es una República indivisible, laica, democrática y social. Digital Insure apoya estos valores fundamentales, que son la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, el Preámbulo de la Constitución del 27 de octubre de 1946 y la Constitución del 4 de octubre de 1958, así como el principio de laicidad garantizado por la ley del 9 de diciembre de 1905.

¿Qué representa la carta regional de los valores de la República y del laicismo?

Esta carta es la expresión de este compromiso y se impone a todos sus agentes, usuarios y socios donde la República francesa sufriría provocaciones y/o ataques regulares cuyo objetivo sería cuestionar los valores que la fundamentan.

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Garantiza la igualdad ante la ley, en todo su territorio, de todos los ciudadanos, sin distinción de origen, sexo, orientación o identidad sexual, o religión. Garantiza derechos iguales para mujeres y hombres.

Para profundizar

La laicidad se basa en tres principios: la libertad de conciencia y de culto, la separación de las instituciones públicas y las organizaciones religiosas, y la igualdad de todos ante la ley, cualesquiera que sean sus creencias o convicciones.

Los valores de la República permiten el ejercicio de la ciudadanía. Implican el rechazo de toda violencia y discriminación, garantizan la igualdad entre mujeres y hombres, y se fundamentan en una cultura de respeto y comprensión hacia los demás.

Su respeto exige que ningún principio religioso sea superior a ellos.

Nadie puede alegar convicciones políticas, filosóficas o religiosas para no aplicar los principios y valores de la República. Nadie puede ser inquietado por sus opiniones, siempre que su manifestación no perturbe el orden público. La libertad de religión o de convicción encuentra necesariamente límites relacionados con el respeto al pluralismo religioso y a la libertad de no creer, a la protección de los derechos y libertades de los demás, al mantenimiento del orden público, la paz civil y la convivencia.

Si la ley impone el ejercicio del principio de neutralidad a los servicios públicos, los usuarios del servicio público, así como los actores privados, no deben obstaculizar la libertad y el libre albedrío de los demás, en consideración al interés general.

La Región decide promover y hacer respetar estos principios en todos los ámbitos de su intervención, garantizando al mismo tiempo a todas las personas la libertad de adhesión y de acceso a los servicios, la no discriminación, la no tolerancia a las incivilidades, y el rechazo a las provocaciones, la violencia y las incitaciones al odio.